Así es la nueva identidad visual de Instagram

Desde su nacimiento, Instagram se ha convertido en una de las redes sociales más importantes a nivel mundial. Y desde entonces, no ha parado de actualizarse y renovarse continuamente. En 2016, la marca decidió hacer su primer gran cambio a nivel visual, dejando de lado su logotipo en forma de Polaroid y adoptando un degradado rosa que generó tanto amor como odio (todavía recuerdo la gente echándose las manos a la cabeza cuando lo presentaron…). Ahora, 6 años más tarde, la plataforma da un paso más allá y evoluciona esta imagen para adaptarla a su nueva realidad.

Este nuevo universo visual presenta dos cambios importantes en la arquitectura de la marca: una actualización del degradado con colores más vivos y luminosos y la incorporación de una nueva tipografía, la Instagram Sans. Además, también han trabajado el diseño de la plataforma que busca dar más importancia al contenido y a los propios usuarios.

La nueva tipografía Instagram Sans fue el principal reto al que se enfrentó el equipo en la actualización de la imagen de la red social. La fuente incorpora en sus letras las esquinas redondeadas del logotipo, con un resultado tan divertido como diferenciador. «La parte más importante del encargo de Instagram Sans fue desarrollar un ADN tipográfico que priorizara la accesibilidad y la escritura global desde el principio», explica Cynthia Pratomo, directora creativa de Instagram.

Y es que la plataforma es utilizada por más de mil millones de personas en todo el mundo y está disponible en idiomas como el coreano, el árabe y el canarés, por lo que el diseño de esta tipografía debía adaptarse también a diferentes alfabetos. En total, participaron 40 tipógrafos y expertos en idiomas para dar vida a la Instagram Sans.

En cuanto al degradado, hasta ahora se utilizaba de una forma estática y monótona. En esta nueva identidad visual, han trabajado con la artista digital 3D Rose Pilkington para darle vida y crear profundidad a partir de una nueva paleta de 5 colores más brillantes e intensos. El resultado no reinventa la rueda, pero le proporciona cierto dinamismo al dar la posibilidad de personalizar el degradado según el uso que se le esté dando.

Por último, también se ha cambiado el diseño de la plataforma para situar a la comunidad en primer plano, dando máxima prioridad a las imágenes y los vídeos. La idea es crear una experiencia inclusiva, apostando por la creatividad de los usuarios a través de una interfaz sencilla y minimalista.

«El mundo está tan familiarizado con la marca Instagram que hacer cualquier tipo de cambio es un reto. Queremos que nuestro sistema sea fiel al espíritu de Instagram, y no cambiar por cambiar. Por eso la simplicidad del sistema de diseño hace referencia a lo que más nos gusta de usar Instagram: lo primero siempre es el contenido y la comunidad», cuenta Cynthia.

En general me parece un cambio con mucho sentido. Una evolución de lo que ya funcionaba y era representativo de la marca para adaptarla a su posicionamiento y público actual. Y a ti, ¿te ha gustado?


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