Así es ECHO, el robot amarillo que vigila a los pingüinos de la Antártida

ECHO es un robot amarillo de 4 ruedas que está ayudando a los científicos de la bahía Atka de la Antártida a estudiar una colonia de 20.000 pingüinos emperador. ¿Y por qué un robot? Pues porque permite recabar datos sin molestar a las aves y reduce la presencia humana en su hábitat.

ECHO está equipado con receptores de datos inalámbricos con los que puede recabar datos de los pingüinos que ya han sido marcados previamente con RFID. Esto permite monitorizarlos sin necesidad de volver a capturarlos para hacerles pruebas y tomar mediciones.

Foto: Aymeric Houstin

Este robot forma parte de un programa que fue lanzado en 2017 por el Marine Animal Remote Sensing Lab de  Woods Hole Oceanographic Institution (WHOI) de Massachussetts. El proyecto nació fruto del poco estudio que se había realizado hasta el momento de estas aves, a pesar de ser los habitantes más reconocidos de la Antártida.

El estudio de los pingüinos emperador es muy importante porque los científicos piensan que es un indicador de la salud general del ecosistema marino antártico. Además, estudiarlos de cerca cada día también puede ayudarles a predecir cómo se adaptarán las aves marinas no voladoras al cambio climático y a la escasez de alimento.

«Comprender, mitigar y evitar la pérdida de biodiversidad inducida por el hombre es uno de los retos científicos, económicos y éticos más importantes y urgentes a los que nos enfrentamos hoy en día. Nuestro objetivo de investigación a largo plazo es avanzar en la comprensión de los ecosistemas oceánicos en el marco de la ecología del movimiento”, cuentan desde el WHOI sobre el proyecto.

Foto: Woods Hole Oceanographic Institution
Foto: Céline Le Bohec

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