Hace unos años pensaba que con esto de la era digital, desaparecerían las tarjetas de visita físicas. Pero conforme va pasando el tiempo, me he dado cuenta de que estaba equivocado y que todavía le quedan mucha vida por delante. Y es que aunque haya personas que ya no las utilicen tanto como antes, en el mundo de los negocios todavía son una carta de presentación esencial y una forma de permanecer en contacto muy importante.
Así que si en 2018 te has planteado cambiar tus tarjetas de visita, he recopilado por aquí algunas ideas que he ido viendo últimamente para que puedas darles un toque diferente. He intentado incluir ideas más “low cost” que puedas hacer en tu casa sin dejarte un riñón y otras un poco más avanzadas con troqueles y materiales con los que, aunque encarezcan el coste de las tarjetas, el resultado puede valer la pena.
¡Espero que te gusten!
Bordes coloridos
Una de las tendencias en los últimos años en las tarjetas de visita son los bordes coloreados. Esto se puede pedir en la misma imprenta o puedes lanzarte tú mismo y probar a darles un toque diferente con spray o incluso rotuladores metalizados. Lo ideal es que pruebes primero con unas pocas, no la vayas a liar y te toque pedir una nueva tirada de tarjetas…
Tarjetas de visita personalizables
Dejar un espacio libre para personalizar puede darle una mayor versatilidad a las tarjetas de visita, ya sea para poner el nombre del empleado como para escribir un mensaje personalizado al receptor.
Tarjetas que huyen de la forma cuadrada
Los troqueles personalizados evidente son más caros que los estándar como los cuadrados, pero permiten dar un toque único a las tarjetas de visita y sorprender a la persona que la reciba. De todos modos, si vamos a hacer una tirada grande, el presupuesto tampoco tiene por qué dispararse tanto…
Estámpalas tu mismo
Un tampón de tinta puede ser una forma económica y original de crear tus tarjetas de visita. La única inversión inicial que hay que hacer es producir el sello, pero si buscas bien en la red, puede salirte bastante bien de precio. A mí, personalmente, esta opción me gusta bastante si es un diseño molón.
El minimalismo es sexy
Menos es más. Y en las tarjetas de visita esta regla también aplica. Si andas dándole vueltas al diseño y no sabes por dónde tirar, prueba a reducirlo todo a la mínima expresión. Pueden salirte cosas tan chulas como estas.
Tarjetas que experimentan con otros materiales
Hay quien experimenta con diferentes materiales para que las tarjetas de visita le ayuden a transmitir a qué se dedica su negocio. Sirvan como ejemplo las tarjetas impresas en toallitas desmaquillantes para una empresa dermatológica que te dejo por aquí abajo.
Tarjetas de visita interactivas
Hacer que la tarjeta de visita no solo sea un trozo de cartulina, sino un objeto interactivo, puede hacer que la tarjeta no acabe abandonada y olvidada en algún cajón. Prueba a hacer que se diviertan u ofrece algo útil como el restaurante italiano que transformó su tarjeta de visita en un medidor de espaguetis. Triunfo asegurado.
Tarjetas de visita personalizadas
Personalizar a mano las tarjetas de visita es una buena idea para crear un diseño único e irrepetible. Y es que de esta manera, no habrá dos tarjetas iguales. Eso sí, cuidadín con pasarte de artista no vaya a ser que la acabes liando parda…
