¿Recuerdas cuando hacías una foto y no sabías cómo iba a quedar hasta que llevabas el carrete a revelar? ¿Y los álbumes físicos donde nuestras madres guardaban las fotografías cuando éramos pequeños? Las cámaras digitales y sobre todo los smartphones han traído nuevas formas de hacer y consumir las imágenes que tomamos en nuestro día a día y en momentos especiales.
Ya no hacemos fotos, hacemos selfies y no las guardamos en un álbum físico, sino que las subimos a Instagram o Facebook. ¿Pero qué ha sido de la sensación de poder tocar las fotografías? ¿De poder crear un mural en la pared con las fotos de tus amigos o un collage con los mejores momentos que has vivido durante una época de tu vida?
Los chicos de HP me lanzaron un reto, volver a experimentar esto mismo que estoy contando a través de su impresora HP ENVY, que es capaz de imprimir con calidad fotográfica desde tu propia casa. Yo me puse manos a la obra durante dos días y la verdad es que han sido dos ratos realmente geniales que he resumido en este vídeo.
Cuando a uno le dicen que puedes imprimir en tu casa con calidad fotográfica lo cierto es que te planteas ciertas dudas, pero el resultado acabó sorprendiéndome bastante. Para empezar, usar el papel fotográfico es súper cómodo en esta impresora porque tiene una bandeja preparada exclusivamente para ello. Así que te evitas sorpresas de que la foto salga descuadrada o el papel se atasque, experiencias que he vivido en otras impresoras cuando quieres imprimir en un formato que no es el típico folio.
El segundo punto positivo es la conexión wifi, que te permite imprimir fotos de una forma sencillísima. Yo pensaba que tendría que estar metiéndome en la app todo el rato y configurando mogollón de parámetros pero no. Una vez descargada la aplicación y configurada la impresora (que se tarda como 2 minutos), desde el iPhone puedes imprimir la foto simplemente dándole a la opción imprimir desde el álbum. Realmente genial esta funcionalidad.
Y lo tercero que destacaría es la calidad de la impresión. Cuando uno imprime en casa no espera conseguir la misma calidad de un estudio fotográfico. Y a ver, lo cierto es que no llega a ese nivel, pero casi. El papel fotográfico tiene un brillo realmente genial y la impresión es muy buena, apenas he conseguido notar el típico grano de impresión en alguna foto puntual. Vamos, de esas cosas que si te las cuentan no te lo crees.
El resultado es que me he pasado dos tardes imprimiendo como un loco (y ojo, que todavía me queda tinta e imprimí bastante) y acabé rellenando un par de marcos de fotos que tenía vacíos, creando un mural en mi pared y preparando un par de regalitos para unos amigos.
Así la creatividad no se acaba nunca… Y tú, ¿qué haces para guardar tus recuerdos?
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