¿Es la creación del portfolio uno de los momentos más temidos por cualquier creativo? Pues yo diría que probablemente sí. Y es que crear tu carpeta de trabajos no suele ser una tarea fácil porque te enfrentas a tu peor cliente: tú mismo. Y ahí es donde te empiezan a surgir dudas, te sientes perdido y no sabes por dónde empezar.
Tener un buen portfolio es importante porque al final es una ventana al mundo sobre que te permite conectar con nuevos clientes y generar oportunidades de negocio. En esencia, el portfolio debe ser más que un recopilatorio de trabajos, sino un sitio donde demuestres lo que puedes hacer, cuáles son tus habilidades y las experiencias que te han llevado a ser el profesional que eres hoy.
No me enrollo más: te dejo por aquí con algunos consejos básicos que puedes aplicar para crear tu portfolio sea cual sea tu disciplina creativa.
Consejos básicos para crear tu portfolio online
Solo tus mejores trabajos
Seguro que no es la primera vez que lo escuchas, pero no está de más recordarlo: incluye solo tus mejores trabajos. No caigas en la tentación de incluir proyectos para rellenar porque puede ser contraproducente. De hecho, si no estás convencido sobre una pieza y dudas, como regla general, es mejor que no la incluyas.
Más vale tener pocos trabajos y que sean top que mostrar 10 y que la mitad estén regular. Pero también es interesante la forma en la que los ordenes. Algo que recomiendan los expertos es colocar tus dos mejores trabajos al principio y al final, para crear expectación cuando empiecen y dejar un buen sabor de boca cuando terminen.
Cuenta tu historia
Un portfolio no solo debería reflejar tus mejores trabajos, sino que también debería hablar sobre ti: quién eres, cómo es tu forma de trabajar, cuál es tu experiencia profesional, cuáles son tus inquietudes… En ese sentido, es interesante dedicar tiempo en trabajar bien la página de «quién soy» para que cualquier persona que visite tu portfolio pueda hacerse una buena idea de quién está detrás de la pantalla.
También puede ser una buena idea presentarte en la página principal de tu portfolio. Aquí no es momento de enrollarse, sino que con una o dos frases puede ser suficiente para dar un poco de contexto sobre quién eres y a qué te dedicas. Eso sí, intenta ser original y huye de frases hechas y genéricas que no te diferencien ni aporten nada nuevo.
Muestra tu personalidad
Para mucha gente, tu portfolio será el primer contacto que tengan contigo, por eso tu página debería reflejar cuál es tu personalidad como creador. Ten esto en cuenta a la hora de tomar las decisiones, como el tono que vas a utilizar, la paleta de colores, tipografías…
Aquí entra en juego la originalidad y la creatividad para que tu estilo y tu personalidad estén presentes en todo el portfolio y no solo en la sección de «biografía».
Recomendaciones
Hablar de ti y mostrar quién eres es genial, pero otra forma de generar confianza en la persona que vea tu portfolio es dejar que otros hablen por ti. Por eso, puede ser una buena idea incluir un apartado de recomendaciones en el que muestres algunas recomendaciones de clientes que hayan trabajado contigo.
Aquí toca ser estratégico. Intenta conseguir estos comentarios de tus clientes más importantes (marcas famosas, profesionales reconocidos, etc) porque su argumento de autoridad irá a tu favor.
Mantenlo actualizado
Uno de los errores más comunes (y en esto me incluyo) es el de crear el portfolio y olvidarte por completo de él. Normalmente el día a día nos lleva por delante y solemos dejar lo nuestro para lo último, pero es importante que te planifiques y saques un rato de forma periódica para ir actualizando tu página con nuevos trabajos o logros.
Además, todos vamos evolucionando, aprendiendo nuevas cosas y desarrollando nuestro espíritu crítico. ¿Nunca te has puesto a ver un trabajo del que estabas orgulloso y que hiciste hace dos años y ahora no te parece tan bueno? Ir revisando tu portfolio también te permitirá asegurarte que refleja esta evolución constante a la que nos enfrentamos todos los creadores.
Elige el formato adecuado
Normalmente todos los portfolios cuentan con, al menos, cuatro secciones básicas: la home, la página de proyectos, la biografía o «sobre mí» y el contacto. Pero a la hora de mostrar tus trabajos, dependerá mucho de a qué te dediques: no es lo mismo mostrar proyectos en vídeo, que de diseño gráfico, ilustración, animación, diseño web o redacción. Aquí se trata de buscar qué formato es el mejor para hacer brillar tus creaciones y que se entienda bien cuál ha sido el proceso y el resultado del trabajo.
Una buena idea para ayudarte con esto puede ser visitar el portfolio de otros creadores de tu sector para ver de qué forma lo hacen ellos. Esto hará que no te enfrentes a una hoja totalmente en blanco y te permitirá explorar algunas posibilidades para ver cuál es la que mejor se adapte a ti.
Hazlo limpio
En tu portfolio los protagonistas deben ser tus trabajos, por eso, es importante que el diseño sea limpio para no desviar la atención de lo verdaderamente importante. Deshazte de las páginas e imágenes innecesarias y reduce los textos a la información esencial que quieres que tus clientes potenciales sepan sobre ti y tus proyectos.
Piensa en tu porfolio como un museo: intenta que sea minimalista, sencillo de navegar y que tus proyectos sean los que tienen el protagonismo. Al final, se trata de ponérselo fácil a tus visitantes para que descubran lo que haces de la mejor manera posible.
Tu contacto, bien visible
Te sorprendería la cantidad de portfolios con trabajos bien molones que, cuando quieres contactar con el autor, te resulta imposible porque ha olvidado incluir su contacto o está demasiado escondido.
Una vez has conseguido conquistar al visitante con tus trabajos, tienes que ponerle fácil que se ponga en contacto contigo. Incluir una sección de «contacto» está genial, pero también puedes añadir otras llamadas a la acción a lo largo del portfolio: en la página de biografía, en el footer…