[En colaboración con Mailrelay]
Las campañas de marketing email, está más que demostrado, son muy efectivas y logran hacer lo que muchas otras herramientas no pueden: captar una gran cantidad de clientes y fidelizarlos de manera rápida. Pero no hay que confiarse, no es empezar y que automáticamente todo salga de maravilla, todo requiere supervisión y seguimiento para poder funcionar correctamente.
Cuando se desarrolla una campaña de e-mail marketing, se empieza con muchas expectativas y esperanzas de que todo va a salir muy bien y que va a rendir los resultados esperados, pero no siempre es así, por muchas razones. Para evitar la parte mala, es muy importante es identificar por qué no se avanza, corregir y seguir adelante, pero eso solo se consigue con control y seguimiento de las acciones que se ejecutan, solo así se puede saber qué es lo que no funciona.
El seguimiento de campañas de correos es muy importante si se quiere obtener el éxito, gracias a esto se pueden identificar los fallos y los posibles errores que se deben corregir, para lograr el impacto que se pretende.
Cómo medir la efectividad de una campaña
Hay varios factores que determinan cómo funcionan las campañas de e-mail marketing, ayudan a tomar acciones inmediatas para mejorarlas y lograr que consigan lo que deben conseguir y produzcan los efectos esperados.
Entre los principales aspectos que se deben considerar para medir la efectividad de las campañas, destacan los siguientes:
- Apertura de los correos enviados: si un correo no se abre, simplemente se pierde todo: esfuerzo, tiempo y trabajo. Para que el mensaje consiga su objetivo, lo primero que debe pasar es que el usuario abra el correo y lo lea, pero si no pasa nada, probablemente estará mal, y en ese punto, habitualmente el problema puede estar en el asunto.
La forma de redactar el asunto es fundamental para hacer que la persona que recibe el e-mail se interese por abrirlo, por eso la importancia de crear asuntos llamativos y atractivos, que inviten a saber de qué más trata. Cuando se aprende a redactar asuntos interesantes, gran parte del recorrido al éxito estará andado.
- Tasa de apertura: esto está relacionado con lo anterior, y viene determinado por la cantidad de veces que los suscriptores abren el correo enviado. Se puede medir como aperturas totales, que son las veces que se revisa el correo, sin importar si un receptor lo hace varias veces; o como aperturas únicas, que solo miden la apertura por cliente, sin contar las veces que lo haga.
Esa medición es importante para saber qué tan bien funciona la campaña, recordando siempre que el fin de toda campaña de e-mail marketing es que los correos lleguen, se abran, se lean, y los clientes asimilen su contenido y hagan lo que se sugiere en ellos. Si todo eso se lleva a cabo, la misión estará cumplida.
- Respuesta del destinatario: si el suscriptor o cliente responde al correo, algo bueno estará pasando, eso puede significar que le interesó el contenido y que quiere saber más. Por eso hay que estar muy atentos de las respuestas que se den, para seguirlas y resolver las inquietudes que en ellas se planteen.
En la medida que se respondan efectivamente las dudas de las personas que devuelven un mensaje, se podrá ganar un potencial cliente. Por eso la importancia de hacer un efectivo seguimiento a todo lo que proceda del destinatario, de forma que cualquier pregunta, duda o inquietud, debe ser respondida de inmediato.
¿Cómo hacer seguimiento?
Es humanamente imposible hacer seguimiento a una campaña de e-mail marketing sin el apoyo de un programa informático que ayude a revisar constantemente los aspectos mencionados. Gracias a los software especializados, se pueden obtener esas métricas que ayudan a evaluar el trabajo.
Estos programas se encargan de revisar y medir todo sobre los correos enviados: a quiénes le llegaron, cuántos los abrieron, quiénes los abrieron más de una vez, quiénes respondieron al mensaje, a quiénes hay que responderles de inmediato y demás aspectos que son parte de las estadísticas útiles para determinar si se deben hacer algunas modificaciones en la campaña para optimizar la misma.
El plan es impulsar la imagen corporativa
El propósito de toda campaña publicitaria es impulsar la imagen de una empresa para captar la mayor cantidad de clientes potenciales posibles. Cuando se logra ese fin, se puede decir que la campaña es un éxito.
La imagen corporativa es primordial, se debe trabajar muy bien antes que todo, porque de eso depende que la marca adquiera relevancia entre el público receptor. Una buena imagen abrirá las puertas a cualquier campaña que se impulse, y seguramente la respaldará positivamente, por eso se debe tener muy en cuenta ese factor.
Aunque el diseño de una buena imagen corporativa está siempre al inicio de todo, porque se construye, incluso, desde antes del lanzamiento de la marca, se puede potenciar y afianzar de muchas maneras, con la utilización de las herramientas que ofrece el marketing digital.
Con el e-mail marketing también se puede ayudar a reforzar la imagen de cualquier empresa o marca, con la utilización del lenguaje adecuado y de los recursos indicados. Cuando se hace de la manera correcta, los resultados son muy efectivos y se logra un doble propósito: hacer llegar un mensaje de manera contundente al receptor y mejorar la imagen de la empresa ante el mismo, lo cual siempre se puede traducir en la conversión de un cliente.
Para lograr tales propósitos, es recomendable buscar el apoyo de agencias de marketing online especializadas en el envío masivo de e-mails, para que ayuden a desarrollar las estrategias correctas con el fin de alcanzar los fines propuestos en esa área. La combinación de propósitos bien ejecutados siempre ofrece excelentes resultados.
Si estás en la búsqueda de potenciar tu negocio para que sobresalga en internet, no dudes en aplicar todas las técnicas y estrategias que el e-mail marketing ofrece. Solo tienes que diseñar una campaña efectiva, con su correspondiente seguimiento, revisar todo y avanzar siempre hacia la búsqueda de la excelencia. Si lo haces así, el éxito estará totalmente garantizado.
[En colaboración con Mailrelay]
