Parece que últimamente no se puede estrenar una película de miedo sin hacer una cámara oculta como parte de su promoción. Lo vimos hace unos días con “Ouija” y hace algún tiempo más con “Carrie” y “Devil’s Due”, pero ahora le toca el turno a “Annabelle”, uno de los últimos estrenos en las carteleras de muchos países del mundo.
Así, en el programa brasileño “Cámaras escondidas”, convirtieron la habitación de una niña en un cuarto embrujado en el que los libros volaban, las ventanas se abrían solas y, por supuesto, una muñeca como la que protagoniza la película se movía para aterrorizar a los trabajadores del servicio de limpieza que habían contratado.
¿Dónde está el límite de una marca para realizar este tipo de acciones? ¿No está un poco quemado ya esto de las cámaras ocultas? Sea como sea, con más de 7 millones de visualizaciones en unas semanas, este es un ejemplo más de que este tipo de contenidos funcionan bastante bien…
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