Muy grande la acción que TBWA Buenos Aires ideó para el Personal Fest. Y es que en este tipo de festivales, la música es la protagonista en todos los rincones, excepto en uno: los asquerosos baños públicos portátiles. Para mejorar esta experiencia, decidieron hacer lo más lógico en un festival: añadirles música y luces.
Cada uno de los 7 baños portátiles tenía luces que avisaban cuando estaban ocupados y una melodía que sonaba solamente cuando alguien estaba dentro. De esta forma, por separado cada uno de los aseos tenía su gracia, pero cuando se utilizaban todos a la vez, sonaba una canción de lo más pegadiza. Así, no sólo hacían más llevadero que «hicieran sus aguas», sino que amenizaban la espera a los que hacían cola para usarlos.
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