Si algo me gusta de la publicidad es que puede convertir algo cotidiano en algo extraordinario. Y es que coger algo y darle unas dimensiones desproporcionadas puede ser una buena opción para llamar la atención. Y si no, mirad este karaoke gigante que organizó Citroën…
¿Qué mejor manera de celebrar el centenario de la Gran Vía que organizar un karaoke multitudinario en el que cantar canciones emblemáticas de Madrid? Así, con más de mil micrófonos inalámbricos y tres pantallas, la gente pudo cantar “La puerta de Alcalá” o “Aquí no hay playa” a pleno pulmón. Una genial acción que mezcla diversión e interacción con la marca.