El arte callejero como reclamo turístico está en auge y hay grandes rutas para disfrutarlo

[Artículo invitado]

En los últimos años, las ciudades se están dando cuenta de que existe un movimiento internacional de puesta en valor del arte callejero, especialmente de los grafitis. Tras la caída del Muro de Berlín y el famoso beso entre Brézhnev y Honecker muchos han sido los ejemplos que han puesto en el mapa a ciudades gracias a grafitis icónicos.

Las expresiones del arte son infinitas, sin embargo, hay ocasiones en las que este ha de superar las barreras del convencionalismo para ser entendido en su amplitud. Es lo que le ha solido ocurrir al arte callejero y a los grafiteros, una modalidad de la pintura alternativa que, en no pocas ocasiones, se ha vinculado más con el vandalismo que con el arte.

No obstante, en la actualidad, existen grandes y consagradas figuras del grafiti y muchas ciudades de todo el mundo claman porque algunos de sus muros sean revestidos con el spray de estos nuevos iconos de la cultura urbana. Es por ello que desde muchos Ayuntamientos y administraciones locales se insta a que en algunas zonas degradadas se pinten lienzos con esa técnica a modo de reclamo turístico.

Existen muchos ejemplos de este tipo de exposiciones callejeras e incluso se han multiplicado los concursos de grafitis. No obstante, ya hay consagrados nombres que son seña de identidad de este tipo de arte gráfica, como ejemplo se puede hablar de Banksy, Keith Haring o Vhils. Sus obras pueden verse en ciudades y países tan diversos como Barcelona, Nueva York, México o Argelia.

Para aquellos amantes de esta particular manifestación artística, se ha creado la App Street Art Cities que recorre con exactitud cada ciudad a través de su arte callejero y, por tanto, en cualquier visita el usuario podrá acceder a rutas con información completa de los grafitis y pinturas murales más impresionantes. Así pues, dada la obviedad del reclamo existente a este tipo de arte, las nuevas tecnologías se ponen al servicio de los viajeros para facilitar el acceso a esta parte de la cultura más urbana y alternativa.

Poner a las ciudades y pueblos en el mapa es el objetivo. Este es uno de los binomios que aúnan a los grafiteros con las comunidades de vecinos y con las administraciones públicas. Salir de la marginalidad y haber hecho valer su capacidad artística les ha costado décadas. Pero si se hacen referencias a la historia, ya en el antiguo Imperio Romano existían los grafitis, no si bien con el mismo concepto que en la actualidad, pero sí con un fin de dejar la impronta de quién pasaba por un lugar y quería quedarse grabado para la posteridad, con mensajes obscenos, humorísticos o sarcásticos.

Descubriendo las alternativas del arte

 

No solo los grafitis hacen de las ciudades un reclamo turístico interesante, pues, en muchas ocasiones, existen museos alternativos y de muy diversa temática que, a priori, no suelen estar en las rutas oficiales de las oficinas de turismo. Sin embargo, adentrándose en ellos, en sus elementos y su apuesta expositiva, es posible descubrir un sinfín de expresiones que el ser humano posee en su interior y que, en muchas ocasiones, no es capaz de materializarlas.

Por todo ello, acudir a espacios como blog de Arte y más abre una puerta a las muchas posibilidades que ofrecen los callejones del arte más recónditos de cada lugar. Gracias a experiencias contadas y a compartir ese submundo de la cultura urbana o de cualquier expresión artística, poco habituada al gran público, se va configurando un halo de simbiosis entre esa libertad de expresión y el propio entorno físico que la rodea, convirtiendo a ciudades que antes no se pintaban en el mapa del arte como buenas alternativas.

En definitiva, se trata de enfocar hacia la diversidad, ver más allá de lo puramente convencional y salir de la zona de confort en cuanto al arte. Experimentar y crear nuevas expectativas respecto a las manifestaciones artísticas. Todo esto es posible gracias a las herramientas que ofrecen estos blogs y aplicaciones. Porque si de algo ha servido la tecnología al arte, es en la infinita posibilidad de dar promoción y difusión a cualquier pieza sin necesidad de entrar en los círculos ortodoxos y eso ha abierto un amplísimo abanico.

Para concluir, asentir en la idea de que el arte no tiene ni fronteras, ni barreras y que disfrutar de él en su más amplia expresión es una gozada para los sentidos.

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