En 2019 se inauguró en Candem (Londres) el Vagina Museum, el primer museo del mundo dedicado a la vagina. Un proyecto que surgió cuando sus fundadores descubrieron que existía un «museo del pene» en Islandia (el Icelandic Phallological Museum) y que tiene como objetivo crear conciencia acabar con los estigmas, crear conciencia sobre la anatomía y la salud ginecológicas y crear un clima de confianza para hablar sobre temas relacionados con las vaginas.
Unos meses después de su apertura, el Vagina Museum se vio obligado a cerrar sus puertas debido a la crisis del COVID-19. Ahora, tres creativos publicitarios de la agencia Pablo London, Nathalie Gordon, Amy Fasey y Jacob Hellström, han ofrecido sus servicios al museo de forma gratuita para promover su apertura y generar las donaciones necesarias para su supervivencia.
Y es que este museo no recibe ayudas públicas ni privadas, sino que se mantiene a través de los eventos, suscripciones de socios y venta de entradas. Estos ingresos se han reducido prácticamente a cero debido al cierre forzoso de los últimos meses, así que estos creativos se pusieron manos a la obra para conseguir que el museo no tuviera que cerrar permanentemente.
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Así, 58 artistas de diferentes partes del mundo han colaborado para crear una colección de ilustraciones con un doble fin. Por un lado, servirán como piezas publicitarias para anunciar la reapertura del museo y, por otro, se subastarán los originales para generar fondos que aseguren la supervivencia de este espacio. Por su parte, los espacios publicitarios para la campaña de exterior han sido donados por London Lites y Jack Agency.
En cuanto a las ilustraciones, se pidió a los artistas que usaran las vaginas como inspiración, dejando libre la técnica y el estilo. Así, cada pieza es diferente y especial, hasta el punto que hay creaciones realizadas en pintura, bordado o incluso arcilla. La subasta online de estas obras se extiende hasta el próximo lunes y en su página web se pueden ver las condiciones para participar.
«Las empresas han sido golpeadas durante el COVID-19, y ninguna más que el sector de las artes», cuenta Gordon, quien ha ejercido el papel de director creativo. «Tener espacios inclusivos como el Museo de la Vagina donde personas de todos los ámbitos de la vida pueden venir y aprender sobre muchos temas, desde la mutilación genital femenina (MGF) hasta la ciencia básica de la vagina, y al mismo tiempo tener acceso a eventos nocturnos sobre la positividad sexual y la seguridad e inclusión o programas de alcance comunitario: estas son todas las cosas que no podemos permitirnos perder».
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