Hay marcas que forman parte de nuestra rutina sin que nos demos cuenta. Y para los que trabajamos en diseño o creatividad, Adobe es una de ellas. Está ahí cada vez que abrimos Photoshop, diseñamos un logo en Illustrator o maquetamos algo en InDesign. Por eso, cuando una compañía como esta cambia su imagen, asume cierto riesgo porque tiene a toda la comunidad creativa con los ojos encima. Por suerte, el nuevo rediseño (que viene firmado por Mother Design) no es un cambio radical, sino una evolución que hace que todo encaje un poco mejor.
Lo más visible es el nuevo logotipo: una evolución del original de Marva Warnock, que ahora une icono y wordmark en una sola pieza. El «rojo Adobe» se vuelve más intenso (y más reconocible), y la paleta (formada únicamente por tres colores) se completa con el blanco y el negro. Además, han creado The Adobe Lens, un marco rojo que sirve como contenedor visual y aporta coherencia a todo el sistema.
Pero el cambio va más allá. Se han actualizado los lockups de cada producto, la tipografía (que lleva por nombre Adobe Clean Display) y hasta los iconos y animaciones de sus interfaces. Todo dentro de un sistema flexible que se despliega a lo largo del ecosistema Adobe sin perder consistencia.
Lo que más me gusta es que no se han vuelto locos a la hora de plantear este rediseño: han entendido qué funciona, qué había que afinar y cómo hacer que la marca evolucione sin perder su esencia. Un rediseño de esos que no hacen mucho ruido… pero colocan todo en su sitio.
