Si alguna vez has ido a un restaurante, has usado una botella de Heinz y has notado que el kétchup no tiene el mismo sabor de siempre, tranqui, no estás solo. Es una práctica bastante habitual que los establecimientos rellenen los botes de Heinz con otras marcas más baratas y «engañen» a sus clientes.
En Heinz son conscientes de esta artimaña y, por eso, se han animado a exponer este «fraude del kétchup». Obra de la agencia Rethink, la nueva campaña de Heinz da la vuelta a algo que a priori podría ser negativo: el rellenado de sus botes con otros kétchups. Este comportamiento, dice Mike Dubrik, director creativo responsable de la campaña «demuestra el peso de la marca y hasta qué punto su botella es símbolo de calidad».
Bajo el lema «Even when it isn’t Heinz i has to be Heinz» («Incluso cuando no es Heinz tiene que ser Heinz»), las diferentes piezas hablan, de una forma divertida, de la calidad de la marca a través de un comportamiento generalizado en el sector de la restauración.