Dicen que a veces hay que retroceder para seguir avanzando. Y esa es una tendencia a la que se están sumando multitud de marcas en la actualidad, ya lo vimos por aquí con Toblerone, Burger King o Tabasco. Tras años en los que las formas en 3D, los degradados y las sombras eran la norma, las empresas están volviendo hacia la sencillez y mirando a sus orígenes para adaptarse a los nuevos tiempos y nuevos formatos y soportes.
Y hablo de nuevos formatos y soportes porque justo esta es una de las motivaciones que han hecho que Citroën decida cambiar su imagen y hacerla más moderna para adaptarse mejor a los usos digitales. Para hacerlo, han retrocedido más de 100 años hacia el primer logotipo de forma ovalada que tuvo la marca.
Este nuevo logotipo mantiene los dos chevrones tan característicos de Citröen (como curiosidad, son un guiño a la primera empresa metalúrgica que tuvo André Citroën y que se dedicaba a la fabricación de engranajes -chevrones- para maquinaria industrial) pero con un toque más ancho y prominente que contrasta con la suave figura del óvalo que los rodea.
«Mientras buscamos aclarar nuestro enfoque futuro, era lógico para nosotros cerrar el círculo volviendo gráficamente al primer logotipo de André Citroën, que representaba la genuina promesa de una movilidad asequible e innovadora para todos», cuenta el diseñador de marca global de Citroën Alexandre Revert.
Esta nueva imagen huye de formas tridimensionales y sombras y estrena una nueva paleta de colores. Mantienen el blanco y gris frío para comunicar serenidad y añaden dos nuevos tonos de contraste para algunas aplicaciones y detalles. Son el azul Monte Carlo (inspirado en los modelos 2CV y DS) y el «Infra-Rojo», mucho más energético y que servirá para generar un contrapunto más dinámico. También han presentado su nueva tipografía, que surge como una evolución de las fuentes que venía utilizando la compañía en estos últimos años.
