Si alguien supo sacar partido del confinamiento, ese fue sin duda Zoom. La plataforma se convirtió, de la noche a la mañana, en una herramienta indispensable para conectar a familiares, amigos y compañeros de trabajo. Pero esa popularidad también tiene su parte negativa.
Justo leí ayer en Brandemia un análisis bastante acertado de la situación. Y es que Zoom ha sufrido un proceso de vulgarización y su marca ya no es vista como una marca en sí, sino como la categoría en la que está ubicada, que vienen a ser las aplicaciones para hacer videollamadas. Así, en un intento para hacer ver que Zoom es mucho más que videoconferencias, la compañía ha decidido actualizar su logotipo para posicionarse como una plataforma de comunicación para facilitar el trabajo en equipo.
Para ello, han eliminado el icono de la cámara de la versión clásica de su logotipo, han actualizado su azul corporativo a uno más eléctrico y saturado y han suavizado algunas curvaturas de la tipografía. Además, han creado también una nueva versión animada en la que Zoom pasa a ser «Zoooooom» y en cada una de las seis oes incluyen el icono de cada uno de las funcionalidades que ofrece la plataforma.
Esta renovación incluye también una nueva paleta de colores complementarios y diferentes aplicaciones gráficas con las que la compañía intentará diferenciarse de la competencia a la vez que da a conocer su nueva oferta de servicios.
