Cuando en diciembre de 2019 la gente de Emily Crisps contrató algunos soportes de exterior en las calles de Londres pensando que abril sería la época perfecta para anunciar sus snacks veganos, jamás se imaginaron lo que pasaría en los siguientes meses. Pero lejos de agachar la cabeza, decidieron seguir adelante con una campaña divertida e irreverente en la que hacen humor con la situación que les ha tocado vivir.
La estrategia era clara: ya que mucha gente no iba a salir a la calle y no iban a poder ver sus anuncios, tenían que generar unas piezas lo suficientemente llamativas como para que tuvieran impacto en otros medios. La cosa funcionó y su campaña se volvió viral a los pocos días en las redes sociales consiguiendo que miles de personas vieran sus mupis sin salir de casa.
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La clave está en unas piezas que se ríen de la propia campaña de publicidad de marca. «Hmmm… Tal vez debimos hacer un anuncio de televisión», «Nuestro primer póster, visto por un runner y una paloma. Típico» o «Haz un anuncio cuando haga buen tiempo, decían. Lo verá más gente, decían. Pfft» son algunas de los copys que podemos ver en estos mupis.
Esta no es la primera marca que se ha encontrado con un problema de este tipo y lo ha resuelto de forma parecida. Hace unas semanas os conté el caso de HUN, una marca de vino cuyo lanzamiento estaba previsto para esta primavera y que también apostó por el humor para llegar a un público joven a través de publicidad exterior durante la cuarentena.
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