La violencia en algunas zonas de Chicago hace que los niños no puedan salir a la calle a hacer lo que más les gusta, jugar al baloncesto. Una realidad que desde Nike quisieron cambiar de una forma realmente llamativa: dando una segunda vida a una iglesia abandonada a la que convirtieron en todo un templo dedicado al deporte.
Así, de la mano de la agencia Momentum Worldwide reformaron el edificio para albergar en su interior una cancha de baloncesto, así como otros espacios donde los jóvenes de la comunidad podían practicar diferentes deportes de forma totalmente segura. De este modo, el templo se ha convertido en un verdadero refugio en el que Nike, lejos de salpicarlo todo con su logotipo, ha decidido dar el protagonismo al deporte y la cultura.
Una acción realmente impresionante que se llevó el Grand Prix en la categoría Industry Craft en la pasada edición de los Cannes Lions. Échale un vistazo porque el espacio es realmente flipante.
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