Puede que nunca te hayas dado cuenta, pero la mayoría de los patios de los colegios (alrededor del 75%) son “futbolcéntricos”. Esto quiere decir que tienen una enorme pista central que ocupa la mayor parte de su superficie y espacios alrededor en los que a menudo las niñas y los niños que quieren jugar a otras cosas quedan relegados. Como consecuencia, realizan actividades más estáticas y pasivas a las que se les da menos importancia.
Conscientes de esto, el estudio de arquitectura y urbanismo feminista Equal Saree y Ogilvy Barcelona, hicieron un pequeño “experimento” para ver de qué manera se podrían fomentar unos patios de colegio más igualitarios. De esta manera, introdujeron en la pista central de fútbol de un colegio un juego modular para evitar que hubiera un centro y una periferia. De esta manera, se crearon decenas de centros que invitaban a interactuar tanto a niños como a niñas.
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El resultado es que mientras que en una pista de fútbol apenas pueden tener cabida un 30% de los alumnos y alumnas (a pesar de ocupar la mayor superficie del patio), en esta nueva composición un 85% de los niños y niñas pudieron jugar sin problemas.
Una de las cosas más interesantes que veo de esta iniciativa es cómo los patios escolares pueden ejercer ya, desde bien pequeños, presión sobre los roles de género. Helena Cardona, arquitecta de Equal Saree lo explica súper bien: “Hay una relación directa entre el espacio del patio escolar y las desigualdades de género, porque en nuestra cultura, este espacio está invadido mayoritariamente por el fútbol, al que juegan principalmente niños -y algunas niñas, las que tocan bien la pelota-. Así que estamos comunicando que hay actividades más importantes que otras; y las más importantes son las que están más valoradas socialmente”.
¿Es momento de rediseñar los patios escolares? ¿Qué opináis?
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