“Cada año más de 210 personas mueren en accidentes de coche en las carreteras de Londres, pero hay un asesino todavía mayor…”. Este es el texto con el que empieza esta campaña desarrollada por McCann Londres para la marca BreezoMeter. El “asesino” al que se refieren al inicio de la pieza es la contaminación, responsable silenciosa de la muerte prematura de más de 9.400 habitantes anualmente.
Para hacer visible este “problema invisible”, crearon a Toxic Toby, un oso de peluche que tose cada vez que la contaminación de la ciudad alcanza niveles peligrosos para la salud. Para realizarlo, imprimieron los mecanismos internos en 3D y le instalaron un sistema conectado a los datos de BreezoMeter, una compañía que monitoriza la calidad del aire en tiempo real de forma hiperlocal.
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Pues bien, Toxic Toby fue instalado en una farola cercana a Brixton Road, una de las calles más contaminadas de Londres para alertar sobre esta situación a los viandantes que pasaran por allí. En el momento en el que la calidad del aire cae hasta niveles que pueden afectar a la salud (concretamente hasta el límite en el que el gobierno recomienda que nadie con problemas pulmonares o cardíacos no practiquen deporte en el exterior), el osito tose, atrayendo la atención de las personas que se encuentran alrededor.
Al mismo tiempo que Toby tose, también tuitea a los políticos locales para reclamarles que solucionen este problema que afecta a miles de ciudadanos de Londres a diario. Tras esta primera parada, el oso visitará el resto de lugares más contaminados de Londres, identificados previamente por el equipo de BreezoMeter.
La verdad es que me parece una campaña bastante interesante, sobre todo por el esfuerzo de hacer visible un problema que no podemos ver a simple vista. La contaminación está ahí y Toxic Toby hace que los propios ciudadanos puedan darse cuenta del problema allí donde está ocurriendo.
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