16 años han tenido que pasar para que IKEA haya decidido darle una segunda parte a uno de los anuncios más icónicos de su historia. Se trata de “Lamp”, un spot creado por la agencia Crispin Porter + Bogusky en 2002 y que contó con la dirección de Spike Jonze. La pieza en cuestión fue todo un éxito, generó muchísima repercusión para la marca en todo el mundo y se hizo con multitud de premios, entre ellos un Grand Clio y un Grand Prix en Cannes en la categoría Film.
Si no lo has visto, este anuncio cuenta la historia de una antigua lámpara de escritorio que es desechada en la basura por su dueño. Así, el spot muestra de una forma melancólica y muy emotiva cómo pasa la noche a la intemperie mientras llueve y ve por la ventana cómo en su antigua casa ha llegado una lámpara nueva. Imposible que no te de penita, vamos.
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No es hasta el final cuando el anuncio da un giro completamente diferente. El actor Jonas Fornander aparece en escena para alertarnos sobre lo que en realidad está pasando: “Muchos de vosotros os sentís mal por esta lámpara. Eso es porque estáis locos. Esta lámpara no tiene sentimientos. Y la nueva es mucho mejor”.
Pues bien, ahora este famoso anuncio tiene una segunda parte que se lanzó ayer mismo en Canadá. El nuevo spot (creado por la agencia Rethink) retoma la historia justo en el momento en el que acaba la pieza anterior y nos muestra cómo a la mañana siguiente, una niña que pasa por su lado recoge la lámpara, la lleva a su casa y le pone una bombilla LED nueva.
Jonas Fornander vuelve a aparecer en el anuncio como cierre vestido tal y como lo estaba en el primer spot. En este caso, el mensaje es un poco diferente y no hace hincapié en el valor de cambiar los objetos viejos de nuestras casas, sino en el valor de reutilizarlos: “Muchos de vosotros os sentiréis felices por esta lámpara. Eso no es loco. Reutilizar cosas es mucho mejor”.
De esta manera, IKEA le da la vuelta a la tortilla y utiliza una historia conocida para hablar de sostenibilidad. Un movimiento que desde la marca reconocen que fue arriesgado porque no todo el mundo en la empresa estaba de acuerdo con lanzar esta segunda parte, sobre todo porque tenían miedo que no estuviera a la altura de la primera entrega. Y bueno, puede que no lo esté, pero solo por el mensaje que lanza creo que ha valido la pena que le hayan dado un final feliz a esta lámpara abandonada.
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