Las nuevas tecnologías cada vez están más al alcance de todos, incluso de los más mayores. Todos tenemos un tío, una madre o incluso una abuela a la que, de repente, te encuentras en Facebook. Esto es lo que le sucedió al protagonista de una entrañable historia familiar que desde hace un par de años está revolucionando Instagram.
Se trata de Chan Jae, un abuelo coreano de 75 años que hace más de 30 emigró a Brasil con su familia. Pero con el tiempo, sus hijos fueron tomando sus propios caminos en sus vidas: su hija volvió a su país natal y su hijo se mudó a Nueva York, para luego convertirse en director creativo de Facebook e Instagram. Su gran problema fue que, junto con su hija, también marcharon sus dos nietos, con quienes pasaba la mayor parte del tiempo.
Al preocuparse por la salud del abuelo tras haberse quedado solo, su mujer y su hijo intentaron convencerle para que le diera una oportunidad a las redes y las utilizara para mantener el contacto con sus nietos a distancia. Chan nunca tuvo interés en las nuevas tecnologías ni Internet, por lo que se negó automáticamente. Fue entonces cuando nació su tercer nieto desde Estados Unidos, se rindió y abrió su cuenta de Instagram para empezar a compartir dibujos dedicados a sus nietos.
@drawings_for_my_grandchildren es su usuario en esta red social, donde desde hace un par de años publica los dibujos que le haría a sus nietos si estuvieran junto a él, rompiendo un poco la gran distancia que los separa. Y para los textos recibe la ayuda de su mujer, que escribe las historias detrás de cada obra.
Hasta ahora, ha cautivado ya a más de 300 mil personas en Instagram. Todo un ejemplo que demuestra que, con creatividad, las personas pueden guardar un bonito recuerdo de seres queridos, a la vez que otras generaciones le pierden el miedo (o manía) a las nuevas tecnologías.
La historia de Chan no quedó atrapada en las redes, sino que el pasado mes de marzo llegó a exhibir sus obras en un museo de Costa Rica. Además, en su web no solo tiene sus dibujos para que la gente los disfrute, sino que también los vende. Definitivamente a este abuelo las redes sociales le han cambiado la vida de una forma inesperada.
[Visto en: El Huffington Post]