Genial ejemplo de cómo un producto tan aburrido como puede ser un estropajo de cocina, puede convertir la experiencia de la gente en algo muy divertido. Imagina que estás en un restaurante, pides la cuenta y te proponen que puedes fregar los platos en vez de pagar la cena. Nosotros aceptaríamos seguro. Pues eso justo es lo que hizo Scotch-Brite para llegar al público joven. Una acción low cost, pero muy resultona.
¿Te has quedado con ganas de más?
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