Llevamos hablando varias semanas en clase sobre el fenómeno que están sufriendo las marcas blancas en esta coyuntura económica que estamos viviendo y a raíz de esto un día surgió el tema de las cadenas ‘hard discount’. El profesor nos comentaba la percepción de baja calidad que tiene la gente de este tipo de establecimientos y el público, que hasta hace poco estaba reducido a personas poco pudientes. Lidl parece que se ha dado cuenta de todo esto y ha cambiado de golpe su estrategia comunicativa.
Bajo el lema “No se engañe, la calidad no es cara”, un prescriptor serio, pero cercano, que trata amablemente a sus proveedores, selecciona personalmente los mejores productos y se dirige a nosotros tratándonos de usted, con respeto. Veremos cómo le funciona esta nueva estrategia, lo que sí está claro es que Lidl se ha dado cuenta de la oportunidad que tiene y va a intentar aprovecharla.