En otro capítulo de «Hugo enamorándose de marcas por su packaging» hoy os traigo esta marca de salsa de soja que descubrí el otro día. Y es que… ¿qué le vamos a hacer? Tengo debilidad por los packagings coloridos e ilustrados con cariño. Y este, además, viene con una buena historia detrás. Así que era imposible no traerlo por aquí.
Heydoh nació con una misión clara: demostrar que no todas las salsas de soja son iguales. La mayoría usamos la que viene con el pedido de sushi o la que pillamos en el súper sin pensarlo mucho, pero Heydoh quiere cambiar eso. Su salsa está hecha con soja negra cuidadosamente escogida, sin transgénicos y fermentada con mimo. Y claro, para presentar un producto tan cuidado, contaron con el estudio Herefor para desarrollar toda su identidad visual.

¿El resultado? Un universo gráfico suave, delicado y con mucha personalidad. Las botellas son altas y estilizadas y las etiquetas ilustradas muestran paisajes con montañas redondeadas, un río negro que hace un guiño al color de la salsa y una mano vertiéndola con elegancia. Los colores también ayudan a marcar diferencias: azul con toques naranjas para la versión clásica y una paleta en verde, amarillo y rosa para la más sedosa.
Más allá de lo bonito (que lo es), el diseño tiene una función muy clara: comunicar los puntos fuertes del producto. Desde su elaboración con soja Tainan #5 hasta el proceso de doble fermentación, todo está presente de forma visual en el envase. Además, logra algo que pocas marcas de salsas consiguen: que te llame la atención y que te entre curiosidad por lo que lleva dentro. Y eso, cuando hablamos de un producto como la salsa de soja es un gran logro.
Porque si nos volvemos locos buscando la mejor sal en escamas, el aceite más gourmet o el vinagre más especial, ¿por qué no íbamos a hacer lo mismo con la salsa de soja? Heydoh reivindica su lugar en la despensa con un producto de calidad y un diseño que lo eleva.




