Un envase que parece más un juguete que una caja de cereales. Ese es el punto de partida de Totem Cereals, un concepto que quiere revolucionar el packaging de su sector: el diseño es cilíndrico, se apila como un tótem y convierte el desayuno en una especie de juego de construcción matutino. Aquí no hay mascota sonriente ni tipografías estridentes, solo diseño inteligente, colorines bien pensados y una idea muy clara: que el envase no acabe en la basura, sino en la estantería de la habitación.
El proyecto, diseñado por Silvia Maio y Rui Bravo, está inspirado en los tótems aztecas y convierte cada sabor en un personaje con su propia cara, expresiones y colores. Cada tubo representa un sabor (chocolate, frutas del bosque, miel…) y, al apilarlos, los peques pueden crear sus propias combinaciones. El formato cilíndrico hace que sea estable y fácil de manipular. Pero lo mejor es que, cuando los cereales se acaban, el envase se queda: como portalápices, cajita para juguetes o bote para guardar cualquier cosa.

Más allá de lo visual, aquí hay una apuesta clara por la sostenibilidad: los tubos están hechos de cartón reciclable, sin plásticos y con un recubrimiento eco que mantiene el producto fresco. Este proyecto es una mezcla muy bien traída entre estética, funcionalidad y educación ambiental que conecta con padres que buscan algo más responsable… y niños que no quieren aburrirse ni en el desayuno.
Totem Cereals es más que una caja bonita: es una idea que reimagina el rol del packaging infantil. Aquí el envase no es lo que tiras, sino lo que te quedas. Un proyecto que demuestra que el diseño también puede educar, entretener y hacer del desayuno algo más que un trámite.






