Vivimos en un mundo en el que estar ocupado es señal de éxito, en el que echar horas extras es lo normal día a día y en el que hemos normalizado tomar cafeína en exceso para poder aguantar el ritmo. En este contexto, reivindicar el descanso y el tiempo libre puede parecer un acto radical.
Y es que estamos acostumbrados a llevar nuestro cuerpo al límite e incluso seguimos diciendo que «sí» a proyectos y planes a pesar de andar agotados. Pero aunque pensemos que el tiempo de inactividad es un lujo que no podemos permitirnos, realmente tomarnos un rato para desconectar y despejar la mente es muy necesario para los creativos.
Eso es así: el descanso mejora la creatividad. Piénsalo: ¿cómo de productivo eres cuando estás agotado, sobrecargado de trabajo y sin inspiración? Al final, cuando trabajamos en exceso nuestro cuerpo se resiente porque cambian nuestras rutinas de ejercicio, nuestros hábitos de sueño o incluso nuestra dieta.
¿Y entonces qué hacemos? Pues en este post voy a intentar hablar de algunas de las claves para conseguir recargar las pilas y qué hago yo normalmente para desarrollar mejor mi trabajo.
Descansar para ser más productivos
Aunque pueda parecer una pérdida de tiempo, descansar realmente nos ayuda a ser más productivos. Hay estudios que demuestran que hacer pequeñas pausas frecuentes a lo largo del día nos ayuda a rendir más. Pero ojo, no sirve hacer scroll en Instagram o ponerse a leer un blog.
Para que un descanso tenga efecto regenerador y repercuta positivamente en tu productividad es imprescindible desconectar por completo de lo que estés haciendo. Por ejemplo, dando un paseo (sin móvil, por supuesto), tomando una pequeña siesta (si es que puedes hacerlo), viendo el capítulo de una serie o jugando a un videojuego. Lo importante es hacer otra cosa totalmente diferente a tu trabajo.
Un estudio de la Universidad de York y la Universidad de Florida arrojó que el 40% de las ideas creativas surgen durante las pausas y tiempo de inactividad. ¿Por qué? Pues porque es el momento en el que nuestras mentes pueden vagar libremente. Al final, el cerebro trabaja en segundo plano mientras estamos descansando y desconectar nos ayuda a que afloren ideas que no conseguiríamos sentados en nuestro escritorio.
La importancia del sueño en la creatividad
Seguramente no duermas lo suficiente. Tranqui, no te pasa solo a ti. Los creativos tendemos a sacrificar horas de sueño trabajando hasta tarde o levantándonos súper temprano porque pensamos que así vamos a ser más productivos porque hay menos gente molestándonos. Y sí, es cierto que es más complicado que recibas una llamada o un email a las 3:00 am pero… ¿realmente vale la pena?
Pues a ver, hay muchos estudios que establecen correlaciones entre el sueño y tu creatividad. Y es que (¡sorpresa!) si no duermes, no puedes rendir bien y tu creatividad se ve afectada.
Además, el sueño puede estimular los pensamientos creativos. Sí, despertarnos tras un periodo profundo de sueño nos ayuda a eliminar otros pensamientos aleatorios y libera nuestro cerebro para realizar tareas creativas.
Desconectar para recargar las pilas e inspirarse
La desconexión juega un papel muy importante en la creatividad ya que ayuda a que nuestro cerebro trabaje en segundo plano mientras realizamos una actividad totalmente diferente. A mí me funciona muy bien salir de la oficina un momento, por ejemplo al supermercado a comprar algo o a sacar al perro a que haga un pis rápido. A veces lo hago con música, otras veces escuchando un podcast o directamente sin auriculares para poner todos mis sentidos en lo que tengo alrededor.
También me funciona muy bien ponerme una serie (las que tienen capítulos cortitos de 20-25 minutos) van genial o una película (en estos casos suelo verla en varias veces. Además, el cine es una gran fuente de inspiración y puede ayudarte a encontrar buenas ideas para los proyectos que estás desarrollando en ese momento.
Otras formas de despejar la mente
Cada persona es un mundo y lo importante es que encuentres esas actividades que te permiten desconectar del todo del trabajo que estés haciendo. A mí, por ejemplo, me sirve mucho ponerme a cocinar o revisar cómo están las plantas de casa y regarlas, podarlas, abonarlas…
Otra actividad que suele funcionar muy bien es practicar deporte. ¡Ojo! No estoy hablando de ir al gimnasio, con salir a dar un paseo es suficiente. De hecho, un estudio descubrió que al aire libre se producen el doble de ideas que encerrado en una habitación. Al final, el movimiento ayuda a relajar nuestra mente y que nuestra creatividad fluya.
Otra cosa que podemos hacer para descansar y desconectar es la meditación. Y es que el estrés no es un buen amigo de la creatividad, así que meditar de forma regular puede ayudarnos a despejar la cabeza, recargar las pilas y desbloquear nuestra creatividad.
Y tú, ¿qué actividades realizas para salir de la rutina? Estaré encantado de leerte en comentarios.