Eso es así: cuando uno juega a Monopoly no tiene amigos: solo competidores. Y justo ese espíritu «competitivo» es el que Hasbro ha recogido en la nueva campaña del popular juego de mesa.
Bajo el lema «All is fair in Monopoly» (algo así como «Todo se vale en el Monopoly»), los spots presentan a una niña de 8 años convertida en una casera malvada que desahucia a su madre embarazada y a una abuela transformada en una banquera corrupta que roba dinero a espaldas del resto de jugadores.
«Nuestro nuevo posicionamiento de marca aprovecha la idea de que jugar al Monopoly nos permite entrar sin complejos en un mundo de opulencia y villanía que de otro modo consideraríamos una ‘zona moralmente gris’», explica Brian Baker, vicepresidente de Hasbro Gaming, sobre la campaña. «Estamos dispuestos a apropiarnos de esa verdad y abrazar la crueldad que el Monopoly desata en sus fans».
Y lo cierto es que el insight es muy potente. ¿Acaso nunca te has enfrentado a tus amigos mientras jugabas o has hecho alguna pequeña trampa para ganar ventaja? Creo que es algo que todos hemos hecho y es genial que la marca decida apropiarse de ello.
Obra de la agencia The Martin Agency, la campaña se estrenará el mes que viene en Estados Unidos y Canadá en televisión, online, redes sociales y exterior.