«Fighting is good» es el lema de la nueva campaña de Monopoly creada por la agencia neerlandesa KesselsKramer. En lugar de centrarse en los aspectos más positivos que el popular juego de mesa puede tener a primera vista, las gráficas que han creado se centran justo en lo contrario, en sus partes más conflictivas.
Y es que, ¿quién no se ha enfadado nunca jugando al Monopoly? Aunque pueda parecer que enfadarse es malo, también tiene su parte positiva. Al menos, eso dicen desde la campaña. «Pelear enseña a los niños a expresar sus emociones, a poner límites, a defenderse y a ponerse en el lugar de los demás», cuenta el director creativo de la campaña. «También puede ser una buena ocasión para hablar después con los niños sobre cuestiones importantes: ¿Qué importancia tiene para ellos ganar? ¿Es necesario ser siempre mejor que los demás?».
Esta campaña surge después de una investigación de Hasbro, que arrojaba una dura realidad: 8 de cada 10 personas se han peleado alguna vez jugando al Monopoly. La agencia tomó esto como insight y se puso a trabajar junto al fotógrafo Erik Smits para crear las diferentes gráficas que muestran a niños y niñas enfrentándose a las emociones tan intensas que puede generar el Monopoly.
Además de en exterior, la campaña también tiene su recorrido en redes sociales, donde la marca enlaza las piezas con una investigación que trata sobre las «ventajas pedagógicas de pelearse en el entorno seguro de la familia» y cómo el Monopoly puede ayudar a esto.
Un trabajo muy bien resuelto por parte de KesselsKramer, quienes se enfrentaban a un gran reto: crear una campaña para un juego de mesa ultraconocido del que se ha dicho y hemos visto casi todo. Ellos han encontrado un enfoque innovador que recoge el aspecto divertido y original del juego a la vez que hablan sobre la importancia de la educación de los más pequeños, incluso, cuando se enfadan.