Seguro que en los últimos días te habrás encontrado en las redes sociales con alguna foto de bricks de zumo, botellas de agua y otros deshechos plásticos abandonados en la playa. Este tipo de imágenes nos recuerdan los efectos nocivos que nuestro consumo de plástico tiene en el mundo que nos rodea. Y es que cada año, aproximadamente 8 millones de toneladas de plástico acaban en el océano, según las estimaciones del Programa de las Naciones Unidas para el Medio Ambiente.
De hecho, el Foro Económico Internacional predice que para 2050 habrá más plástico en el océano que peces. Este es el punto de partida que ha tomado la agencia Goodby Silverstein & Partners para crear este inquietante anuncio que lleva por título «Life Below Water» («La vida bajo el agua») y que muestra a los plásticos desde una perspectiva diferente.
Narrado por Morgan Freeman y dirigido por Brian Schulz, el corto imita el estilo de los documentales de la naturaleza, aunque en este caso los habitantes del océano en los que se centran son deshechos plásticos como bolsas de supermercados, cepillos de dientes o tapones de botellas. A pesar de la belleza de las imágenes, la cosa pone los pelos de punta.
(Disponibles subtítulos en inglés)
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Esta campaña ha sido creara para los 17 Objetivos de Desarrollo Sostenible de las Naciones Unidas, una iniciativa que nació hace 5 años para abordar temas como el hambre, la pobreza y la desigualdad de género. El objetivo número 14 corresponde a «conservar y utilizar de manera sostenible los océanos, los mares y los recursos marinos».
El spot hace hincapié en la idea de que los plásticos se han vuelto omnipresentes en el océano hasta el punto que este parece ser su hábitat natural. Nada más lejos de la realidad, ya que los residuos plásticos lastiman y matan a aves, tortugas, ballenas y otras especies marinas.
Sobre la inspiración para realizar la pieza, Kate Baynham, directora creativa asociada de Goodby Silverstein & Partners, dijo que «The Silent World», un documental de 1956 sobre la exploración del mar, les sirvió como punto de partida. «Creó un repentino deseo de aprender más y explorar las profundidades del océano nunca antes vistas, por eso decidimos parodiar los documentales sobre la naturaleza para hacer que el tema actual de los plásticos en el océano se viera como una especie invasora de peces».
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