Tras un brainstorming durante el pasado mes de mayo, el equipo de marketing de la compañía de bebidas Crook & Marker publicaron en redes sociales una imagen que empezó siendo una broma pero que se ha convertido en realidad. Y es que la marca quiso hacer un poco de humor con la nueva normalidad con un montaje de una mascarilla que incluía una válvula redonda en el medio, como las que se usan para hinchar las pelotas de playa, pero en este caso, para que quepa una pajita.
De este modo, pretendían dar solución a uno de los nuevos «problemas» cotidianos que nos ha traído la pandemia: ¿cómo podemos beber y usar mascarilla al mismo tiempo? La marca decidió poner como nombre a este invento «TasteMask» y los fans no tardaron en aplaudir la iniciativa y pedir a la marca que las fabricara de verdad.
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Al darse cuenta del éxito de la idea, desde Crook & Marker crearon un formulario online para poder medir el interés real que la gente podría tener en la «TasteMask». Cientos de personas se inscribieron en la primera hora, así que el equipo se puso manos a la obra para hacer realidad esta mascarilla.
Como el mecanismo de la válvula de pelota de playa no les convencía, buscaron otras opciones para el agujero de la pajita. Tras descartar una cremallera, dieron con un sistema de solapa que se puede ajustar de forma fácil y rápida entre sorbos. En este proceso, también decidieron que los beneficios de estas máscaras serían donados al Gremio de Camareros de los Estados Unidos para apoyar a los trabajadores de la restauración que se han visto afectados por la pandemia.
A principios del mes de julio lanzaron por fin las «TasteMask» y para sorpresa de la marca, se agotaron en las primeras 24 horas. Un resultado inesperado para una marca pequeña cuyo equipo interno de marketing y publicidad se había encargado de toda la estrategia y creación de esta acción.
La pregunta que queda por responder es sobre la protección que ofrecen estas mascarillas. En palabras del propio director de marketing de la marca, Daniel Goodfellow, estas no ofrecen una protección de grado médico, aunque «ciertamente te sientes mucho más seguro que si bebes sin mascarilla».
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