J&B nació en Londres en la segunda mitad del siglo XIX, la misma época en la que los tatuajes empezaron a hacerse populares en el Reino Unido. Por eso, como una forma de celebrar sus orígenes, la marca de whisky ha querido hacer un pequeño homenaje y tatuar una edición limitada de 25 botellas.
Las botellas fueron tatuadas por Le Sphinx como se puede tatuar cualquier persona gracias a un recubrimiento de látex. Un precioso y minucioso trabajo que les llevó 20 horas por envase pero que viendo el resultado creo que ha valido totalmente la pena.
Una lástima que hayan hecho tan pocas botellas… Si hay algún interesado, se han puesto a la venta en París, en el Publicis Drugstore y en L’éclarierur rue Herold y se pueden comprar presentadas en una bonita caja de madera.
Visto en: BrandingMagazine