Uppsala (Suecia). Una parada de autobús. Una noche de diciembre a -4ºC de temperatura. 185 días para que llegue el verano. Estos son los ingredientes que los chicos de Coca-Cola tuvieron en cuenta para poner en marcha esta “Máquina de la felicidad”, que pretendía llevar un poco del ambiente veraniego a las frías calles suecas.
Las personas que esperaban el autobús, eran sorprendidas cuando una máquina expendedora se encendía de repente y les ofrecía una Coca-Cola. Al cogerla, empezaban a proyectarse imágenes de paisajes veraniegos en toda la parada, transformando el frío invierno en algo un poco más agradable.
Una acción sencilla pero bastante simpática obra de la agencia sueca IUM
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