Si uno de tus clientes es una bodega de vino y te paga en especias, tienes dos opciones: pillarte una buena cogorza o intentar sacarle partido a las botellas que te hayan dado y crear tu propia edición limitada de vino. Los chicos de Ladyssenyadora, un estudio de diseño catalán, se decidieron por la segunda opción.
Pero como suele pasarle a la gente de esta profesión, no se conformaron con la primera idea y decidieron darle la vuelta al asunto, aprovechando los ingredientes del tinto para imprimir las etiquetas en lugar de usar tinta normal. Pero resulta que la cosa resultó ser una odisea hasta que consiguieron convertir el líquido en una masa espesa que les permitiera plasmar su diseño en el papel. Dejarlo secar al sol, horno con ventilador, cazuela a fuego lento… Muchas fueron las pruebas que utilizaron hasta que por fin dieron con la consistencia adecuada para crear Tinta de Vi.
Y éste es el resultado:
Toda esta historia la han contado con todo lujo de detalles en Yorokobu. Así que si te ha molado, te recomiendo que le eches un vistazo a este artículo. Es realmente curioso 🙂
