Yo creo que una de las armas más poderosas con las que pueden jugar los gimnasios en su publicidad es el sentimiento de culpa. Después de los excesos, todos nos sentimos culpables y prometemos que nos apuntaremos al gimnasio, aunque el propósito dure unas horas. Pero parece que este gimnasio ha dado con una fórmula efectiva con muy poco presupuesto…
En Fitness Fit se preguntaron “¿Quiénes van al gimnasio?” y su respuesta fue fácil: la gente que necesita quemar calorías que les sobran, por lo que debemos buscar a gente que consuma muchas calorías. ¿Y dónde encontrarlas? Pues en los restaurantes que hay alrededor de nuestras instalaciones. Así, con un sencillo software, consiguieron que en los recibos de los restaurantes no sólo se incluyera el precio, sino las calorías de los platos y el tiempo que necesitarían haciendo ejercicio para quemarlas. Además, regalaban una sesión gratis enseñando el ticket. ¿Los resultados? Al primer mes, 300 personas se acercaron a probar el entrenamiento gratuito y el 30% de ellos se hicieron socios. Parece que la idea funcionó…