A veces, darle una vuelta a las cosas más sencillas y cotidianas basta para arrancarnos una sonrisa. Esto es lo que hizo la cadena de supermercados alemana Edeka, que intentó sorprender a sus clientes utilizando algo que todos estamos acostumbrados a escuchar: los pitiditos de las máquinas registradoras.
Así, todos los cajeros estaban coordinados para, a la señal, utilizar los lectores de código de barras como instrumento para tocar un divertido “Jingle bells”. Todo se viene arriba cuando las luces se apagan y aparece en escena un cantante de beatbox, que le da el punto que faltaba a tan famosa melodía.
Una acción muy sencilla creada por Jung Von Matt, pero que ha conseguido ya más de 12 millones de visualizaciones en Youtube. Y es que, a veces preferimos las cosas cotidianas a grandes parafernalias llenas de artificios 🙂
[Visto en: DesignTaxi]
